La joven tunecina Amina Sboui, detenida por una acción contra el integrismo salafista, se convirtió para las feministas occidentales en un símbolo de la lucha antiislamista, pero su adhesión al estilo de protesta de las Femen, con los senos descubiertos, le valen numerosas críticas en su propio país.
La muchacha, de 18 años, colgó en marzo sus fotos en 'topless' en internet, con el seudónimo de Amina Tyler, en abierto desafío a las tradiciones árabo-musulmanas, y no tardó en recibir amenazas de los radicales islamistas.
"Todos tienen derecho a expresarse a su manera y a mí me va el estilo de las Femen", dijo Amina en abril a la AFP. Su blanco: "Las restricciones conservadoras a las libertades, sobre todo desde la llegada al poder de Ennahda", el partido islamista que hasta ahora ha resultado el gran ganador de la revolución tunecina de 2011, la primera de la Primavera Árabe.
"Me haría feliz asistir a la caída de Ennahda", agrega Amina, mientras fuma apaciblemente un cigarrillo.
La muchacha, de cabellos cortos, rostro fino y silueta frágil se siente a gusto con su súbita notoriedad: "Por supuesto que estoy contenta de convertirme en una celebridad y de que los medios se interesen en mí", afirma.
Después de haber bajado sus primeras fotos, tiñó de rubio platinado sus cabellos negros.
Sus acciones causaron enojo en su familia, que la encerró y mantuvo secuestrada para hacerla volver al redil, según denuncia.
Algo que su madre desmiente, asegurando que solo quiso proteger a su hija de las amenazas islamistas. Asegura además que hija sufre depresión desde los 14 años y que tenía que ser aislada.
"Mi hija tiene problemas psiquiátricos desde 2009 y consultó a médicos del hospital (psiquiátrico) de Razi", cerca de Túnez, señala.
Muestra certificados médicos que parecen confirmar sus palabras. Uno de ellos, de marzo pasado, apunta que Amina "presenta desde hace unos meses una recaída con insomnios, estados de tristeza, irritabilidad con reacciones explosivas, ideas delirantes de desprecio de sí misma y de culpa, perturbaciones de conducta con tendencias suicidas y automutilaciones".
Amina, que pasó de niña unos años en Arabia Saudita, cuenta que tuvo una infancia difícil y que fue víctima de manoseos cuando tenía 3 años. Su madre vuelve a desmentirla y sostiene que el movimiento Femen, que se define como "sextremista", manipula las dificultades psicológicas de su hija sin pensar en su futuro.
La muchacha, que ignora olímpicamente las advertencias de su madre y huyó de su casa, decidió persistir en sus protestas, y querría ir a Francia --idió ya una visa-- para pasar su bachillerato.
El 19 de mayo, fue detenida en Kairouan (centro), una ciudad santa del islam, por haber pintado "Femen" en un muro cercano a un cementerio musulmán en protesta contra una manifestación salafista que el gobierno había prohibido y que finalmente no se llevó a cabo.
Este miércoles debía ser interrogada por un juez de instrucción, que podría inculparla de atentado al pudor y profanación de sepultura, dos cargos pasibles de penas de cárcel.
En Francia, las feministas la consideran una "heroína". Y el grupo Femen envió a tres activistas europeas que protagonizaron la primera manifestación en topless del mundo árabe, por la cual están siendo juzgadas.
En Túnez, la oposición antiislamista se muestra comedida en su apoyo. La diputada y militante feminista Nadia Chaabane asegura defender a Amina ante los jueces, pero desaprueba los métodos de Femen.
"Sus opciones (de lucha) no tienen consenso, pienso que es una adolescente un poco perdida, pero el encarnizamiento contra ella no se justifica", declaró.
Mounir Sboui, el padre de Amina, de quien ella se siente muy cercana, resumió la controversia en una frase: "Estoy orgulloso de mi hija. Comete actos desmesurados, pero defiende sus ideas", afirmó.
Via: m.terra.es
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