En este mismo medio, y posiblemente en otros de tirada nacional, apareció el pasado domingo un artículo de la popular periodista Julia Otero titulado Femen y lo sagrado .
Manifiesta 'Julia en la Onda', que según la Real Academia Española, para el mundo civil, la palabra sagrado "tiene también una acepción: aquello que designa lo innegociable, lo irrenunciable"... "por ejemplo, el derecho de las mujeres a elegir la maternidad". Prosigue otorgándoles mayor representatividad a las tres Femen-inas de "torsos divinos" (otra acepción de la RAE), que a los diputados del Parlamento que en ese momento debatían la modificación de la Ley del Aborto.
En el mismo ejemplar de este periódico y en su sección Entre todos , doña Alejandra Brea Romero , con argumentos parecidos, califica al actual ministro de Justicia Ruiz Gallardón , hasta hace poco jaleado como el ala izquierda del Partido Popular, de "fanatismo religioso" y que con su actitud "cada día más extremista, intenta encima imponer por ley a todos los españoles" sus creencias.
Dejando a un lado las incoherencias democráticas que supone arrogarse la representatividad de todo un pueblo que se ha manifestado recientemente en las urnas, al otorgar mayor representatividad a unas manifestantes que a los representantes democráticamente elegidos, voy a centrarme en las incoherencias que en este caso, en mi modesta opinión, se han producido.
XEN PRIMER LUGARx resulta radicalmente ilógico que los mismos colectivos que critican, con razón, la utilización del cuerpo de la mujer para fines publicitarios, exhiban ahora sus "divinos torsos" para conseguir más publicidad. Seamos coherentes para poder ser creíbles.
El segundo aspecto son las acepciones "humanas" de palabras como "sagrado y divino". El mayor problema que han tenido los hombres a lo largo de la historia ha sido siempre cuando estos han dado a las cosas terrenales la categoría de Sagrado o Divino, convirtiendo en "innegociable e irrenunciable" cosas que son perfectamente discutibles. Al actuar así idolatramos "becerros de oro" cosas como; el dinero, el poder,... el cuerpo de la mujer, etc, y convertimos en sagrados hechos que son más bien signos de egoísmos o de un egocentrismo que impide ver más allá de nuestro interés puramente personal.
Pero al final lo más curioso de todo es que, sin darse cuenta estas mujeres que irrumpieron en el Congreso, tenían toda la razón en el lema que difundían "el aborto es Sagrado", por que "el aborto --según la acepción 3 de la Real Academia española-- es un Ser, que conlleva un proyecto de Vida, y la Vida sí que tiene carácter Divino", por tanto tienen mucha razón al conferir el carácter Sagrado a este Ser, no así al hecho de negarle su existencia.
Via: elperiodicoextremadura.com
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