Tres activistas de la organización feminista Femen, desnudas de cintura para arriba, interrumpieron este miércoles el Pleno del Congreso gritando desde la tribuna de invitados "Aborto es sagrado" justo cuando el ministro Gallardón tomaba la palabra, lo que obligó a parar la sesión mientras el presidente de la Cámara, Jesús Posada, ordenaba su desalojo.
Cuando intervenía el ministro de Justicia, las tres mujeres, que habían sido invitadas al Congreso por algún grupo parlamentario, se despojaron de sus camisetas y comenzaron a gritar "Aborto es sagrado", obligando a detener la sesión para desalojarlas.
Posada instó a los ujieres y a los policías a que desalojaran la tribuna y, ante la resistencia de una de las activistas, que se agarró a una de las columnas que dan al hemiciclo, pidió templanza: "Procedan con cuidado".
Gritos de "fuera de aquí" desde la bancada del PP
Los diputados mostraban perplejidad desde sus escaños y de hecho apenas hubo escasos aplausos aislados mientras las tres mujeres seguían gritando a pecho descubierto, con la misma leyenda escrita en su torso desnudo.
A los funcionarios de la Cámara les costó varios minutos lograr que las mujeres se desanclaran de la barandilla y las columnas de la tribuna de invitados, pero finalmente las desalojaron, sin que las activistas dejaran de gritar el mismo lema. Desde la bancada del Grupo Popular se oyó gritos de "Fuera de aquí" mientras algunos diputados de la izquierda aplaudían.
Las tres mujeres, entre las que figuraba la líder de Femen en España, la asturiana Lara Alcázar, fueron detenidas por alterar la sesión plenaria y llevadas a la comisaría del distrito madrileño de Moratalaz.
Con su lema "Aborto es sagrado" las activistas de Femen pretendían protestar por la anunciada reforma de la legislación del aborto que el Ministerio de Justicia piensa remitir este mes al Parlamento.
Protesta de Gallardón a los diputados que aplaudieron la reivindicación
El ministro de Justicia, cuando se reanudó la sesión, ha reprochado que algunos diputados de la oposición aplaudieran el acto reivindicativo.
Según ha dicho después en los pasillos del Congreso, esta protesta es "una manifestación de falta de respeto a la soberanía popular" y ha expresado su extrañeza porque se califique como "sagrado" algo como el aborto, que siempre es un drama para una mujer.
Sin embargo, la acción reivindicativa fue vista con buenos ojos por el diputado de Esquerra (ERC) Joan Tardá y por el portavoz de Izquierda Plural José Luis Centella, que en los pasillos del Congreso tachó de cínico que el Gobierno se queje de que se aplauda esta iniciativa cuando el Grupo Popular ha ovacionado "dramáticas" medidas de recorte para la población española. "No se pueden criminalizar protestas siempre que sean pacíficas y que no atenten contra nadie, como en este caso", ha dicho.
Via: vertele.com
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