"Las revoluciones no tienen que ser necesariamente sangrientas". Oksana Schachko, pintora de 27 años que fundó en Ucrania junto con otras tres compañeras el grupo feminista FEMEN, es la mujer que dio proyección internacional a este movimiento de protesta al mostrar sus pechos en una concentración en Kyiv, en agosto de 2009. Desde aquel verano, estas aguerridas activistas han multiplicado sus inopinados topless por diferentes países, incluida España, como recuerdan el que fuera presidente de la Conferencia Episcopal Española, el cardenal Antonio María Rouco, o el presidente del Congreso de los Diputados, Jesús Posada. Sus acciones, en las que mezclan performance y cuestionamiento de las sociedades que califican de "patriarcales", provocan sarpullidos desde Moscú hasta Madrid.

"Ese activismo puede ayudar a resolver los problemas del mundo", explica Oksana Schachko, que participa estos días en el Festival Internacional de Cine de Gijón (FICX). Ha acudido a presentar la película del suizo Alain Margot I am FEMEN, que concurre en la sección Docuficx y en la que se relata la historia del movimiento fundado en Ucrania en 2008 y sus muchas peligrosas vicisitudes. Tanto, que vive refugiada en París junto a Oleksandra Shevchenko, otra activista, que no pudo viajar a España por las trabas legales.

"Hace un año escapamos de Ucrania, pero es difícil lograr el estatuto de refugiada política", dice, después de dejar claro cuál es la principal directriz de FEMEN: "Nuestra lucha es contra el patriarcado, las religiones, las dictaduras, la industria del sexo o la moda". La organización está implatada en países como España, Francia o Alemania, pero también en Túnez. "Nos gustaría que estuviera en todos los sitios".

Oksana Schachko, tenaz pese a su aspecto de joven más bien frágil de mirada azul, está convencida de que ha sido FEMEN la que logró despertar a la oprimida sociedad ucraniana: "Queremos un nuevo país, cambios".

En su opinión, tanto Ucrania como Rusia o Bielorrusia quieren acabar con FEMEN y ese feminismo a cuerpo descubierto que surgió del Este, de un país del antiguo bloque comunista.

"No hemos sido independientes de Rusia, ni siquiera con la caída de la URSS; nosotras no sólo hablamos de nuestros problemas, sino de los de toda la sociedad", afirma. Putin o Lukashenko están en la lista de sus adversarios.

Oksana Schachko se define como una artista, pintora desde que era una niña. "Es lo que me llevó al activismo; en realidad el artista es quien mejor puede hablar de los problemas del mundo", asevera, antes de cuestionar a quienes cultivan la imagen de los artistas como personas ajenas a las cuestiones de la política o la organización económica de la sociedad.

"Lo que hago ahora es poner ese talento artístico al servicio de FEMEN y pintar eslóganes en los pechos de mis compañeras; no hay mejor lienzo que el desnudo de una mujer, pues es la expresión de su libertad sexual", hace resaltar la activista, interesada en "liberar" ciertas objetivaciones de la figura femenina en la larga historia del arte. "Hay que dar una nueva dimensión al cuerpo de la muerte", apunta.

El núcleo de las fundadoras de FEMEN decidió hace tres años aceptar una propuesta de Alain Margot para rodar un documental. Oksana Schachko recuerda que, entonces, las amenazas de la policía no eran tan abiertas y persistentes como ahora. Así comenzó el rodaje de la película que se presenta en el certamen cinematográfico gijonés.

"Es una manera de dar a conocer lo que hacemos; nuestra filosofía es que no debemos esconder nada de nuestras vidas", dice la activista.

Alain Margot, a quien más de una vez salvó de un disgusto su pasaporte helvético, y la activista recuerdan algunos momentos duros del rodaje de I am FEMEN, las estancias en comisarías de Moscú o las dos ocasiones en que "estuvieron a punto de matarnos en Bielorrusia". "No somos actrices, pero estamos encantadas", confiesa Oksana Schachko.

Via: laopinioncoruna.es

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