La activista tunecina Amina Sboui, en prisión preventiva desde mayo pasado por atentado contra el pudor y por violación de un espacio sagrado, ha sido puesta este jueves en libertad con cargos, según declaró su abogado a una radio tunecina.
El abogado Gazi Mrabet aseguró a radio Mosaique que la decisión es "una gran victoria", sobre todo después del "acoso judicial" sufrido por la joven, militante del grupo feminista Femen.
Sboui, detenida el 19 de mayo en la ciudad de Qairauán, está siendo juzgada en el tribunal de Msaken, en la provincia de Susa.
La activista saltó a la fama a principios de año tras mostrar sus pechos desnudos en internet para denunciar la moral conservadora de su país, lo que desató una gran polémica entre asociaciones civiles que la defendieron y grupos radicales islámicos que mostraron su firme condena por ese comportamiento.
Tras su detención, Sboui fue imputada asimismo por posesión de un aerosol de defensa personal y condenada a pagar una multa de 150 euros.
La Fiscalía también agregó a la acusación de atentado contra el pudor la de violación de espacio sagrado por haber pintado el nombre de Femen en el muro del cementerio de Qairauán, y el juez dictaminó prisión preventiva.
El pasado lunes, el mismo tribunal de Susa decretó el sobreseimiento de otro caso por el que se juzgaba a la activista, por "ultrajar y difamar" a un funcionario de prisiones.
Poco después de la aparición de las fotos de Sboui semidesnuda comenzaron las reacciones de rechazo de los grupos islamistas más radicales.
El presidente de la organización civil de corte salafí "Asociación Moderada para la Concienciación y la Reforma", Adel Almi, pidió que la joven fuera "castigada".
"Esa joven, según la ley islámica, merece recibir entre 80 y 100 latigazos, pero lo que hizo supera eso por mucho, por lo que merece ser lapidada hasta la muerte", dijo ese religioso en marzo pasado.
La polémica se intensificó aún más cuando tres activistas europeas, las francesas Pauline Hillier y Marguerite Stern, de 27 y 23 años respectivamente, y la alemana Josephine Markmann, de 19, protestaron semidesnudas el 29 de mayo frente al Palacio de Justicia de la capital tunecina para denunciar el proceso abierto contra Esbui.
Las tres feministas fueron detenidas por "atentado contra el pudor, las buenas costumbres y la moral pública" y condenadas a dos meses de prisión aunque sin cumplimiento de condena, por lo que fueron puestas en libertad el 26 de junio.
Según opinaron en su momento varios representantes de ONG y activistas tunecinas, el caso de las tres europeas, integrantes también de Femen, perjudicó a Sboui debido a la moral conservadora imperante en el país, donde los métodos de Femen no son muy bien vistos.
"No estoy loca, yo soy libre. Estoy en prisión pero me siento más libre que mucha gente que está en el exterior. Estar aquí no es más duro que estar fuera viendo cómo se instala en Túnez la dictadura religiosa", dijo la activista en un mensaje difundido a mediados de junio por el Comité de Apoyo a Amina.
Via: heraldo.es
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