Sí, me refiero ese grupo de mujeres que utiliza el despelote limitado como reivindicación política. ¿Por qué son famosas? ¿Por qué una acción de poquísimas personas; a veces solo de una, como en la Catedral de Colonia, atrae la notoriedad de los medios de comunicación, sobre todo es su contenido gráfico, pero también en los comentarios políticos? La respuesta primera es evidente: porque se desnudan y lo hacen en lugares donde el desnudo, ayudado por gritos de alta frecuencia, resulte provocador. Las femen además tienen el buen gusto de seleccionar al personal que se expone y todo esto se presta a la notoriedad porque ponerse en pelotas en nuestra sociedad siempre atrae.
Pero, este es solo un primer nivel de análisis, porque como en toda compresión de un hecho se requiere, como dice MacIntyre, una concepción histórica. Esto es así -la atención preferente, y generalmente positiva de los medios- porque el trasfondo cultural de nuestra sociedad, la cultura dominante, lo valora en aquellos términos, pero esto es nuevo e insólito. Nunca en nuestra historia, llegando prácticamente hasta ahora mismo, digamos último tercio del siglo pasado, se había asumido que esta era una buena forma de acción política, y los primeros en afirmarlo serían los revolucionarios. Al contrario, denostarían la práctica como una desviación de la moral liberal-burguesa, mientras que el resto de la sociedad consideraría inaceptable por escandalosa la práctica, y seria relegada o censurada. Las propias mujeres rechazarían esa instrumentación de su propio cuerpo a la curiosidad morbosa de los demás, porque hay mucho de narciso hedonista en la acción de las femen.
Ellas tienen ahora notoriedad y aceptación porque quienes controlan la cultura de nuestro tiempo quieren que así sea. Forma parte del proceso de desvinculación que aqueja nuestra sociedad, guiado por el paradigma de la satisfacción de las pasiones y los deseos en su dimensión, sobre todo sexual, como única vía de realización humana. Y todo vínculo que se oponga, y son muchos porque las sociedades surgen y se hacen fuertes precisamente en la limitación, y educación en el control de los deseos individualistas, narcisos y hedonistas.
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