Al llegar ayer al tribunal, el auto de Dominique Strauss-Kahn fue abordado por tres mujeres de la agrupación feminista Femen con sus senos al aire y una elocuente inscripción: “Your turn to be fucked”.

En medio de gritos contra el socialista Strauss-Kahn, las tres mujeres fueron detenidas por la policía ante decenas de camarógrafos y fotógrafos, quienes siguen un juicio que acapara la atención mediática en Francia desde su inicio el 2 de febrero.

El ex hombre fuerte del FMI, a quien las encuestas situaban hasta mayo de 2011 como favorito para convertirse un año después en presidente de Francia, afronta un proceso que incluye a otros 13 acusados por haber organizado fiestas sexuales en el hotel Carlton de Lille, un delito por el que podría recibir una condena de hasta diez años de prisión y 1,5 millones de euros de multa.

Strauss-Kahn, de 65 años, rechazó las acusaciones y enfrentó el testimonio de las prostitutas que participaron en las orgías, constituidas en acusación particular, quienes afirman que el político no podía ignorar su condición de profesionales.

El ex ministro de Economía de Francia entre 1997 y 1999 admitió haber participado en las orgías pero negó rotundamente saber que las mujeres fueran pagadas y aclaró que, de saberlo, no habría participado.

“No sabía que las invitadas eran prostitutas. No me considero en absoluto organizador de esas fiestas, siempre me consideré un invitado”, aseguró, al tiempo que calificó los encuentros de “fiestas libertinas” en las que “hombres, mujeres, parejas se reúnen por el placer del sexo y no para tener relaciones afectivas”.

En otro tramo de su declaración, Strauss-Kahn reconoció que aquel momento (entre 2008 y 2011) era un hombre mundialmente importante y que aquellas fiestas eran “momentos de recreo en una vida trepidante”.
(Télam)