FEMEN se manifestó en la catedral de Colonia, Alemania, en alma y torso la pasada navidad para denunciar, en palabras del colectivo feminista, "la opresión religiosa a la mujer y a su libertad en cuanto al aborto". Concretamente sobre el altar. La respuesta por parte de la religión patriarcal atentada ha sido también de denuncia, pero por alteración de la práctica religiosa y allanamiento de morada.
El mensaje queda difuso entre una talla 95, “I’m God”, reza el pecho de la protestante. Y en su tablón de facebook, “la religión nos devuelve al medievo, sus deseos de fertilidad son fascistas y antihumanos”. Esta fobia a las religiones patriarcales la han demostrado ya en anteriores ocasiones sin distinción: musulmanas en Túnez y judías en Israel.
Una mujer sin camiseta es un reclamo obsceno que acapara las miradas de quien mira. Especialmente de religiosos. Pero ¿cómo se valora en esta sociedad a esa mujer semidesnuda? Se le da atención, sí. Relevancia. Pero en los comentarios de las noticias dónde se relatan sus últimas protestas; en las redes sociales, dónde las activistas difunden sus mensajes, se observa que el lector, el observador, no capta el mensaje.
“Mi coño, mis normas”, blanden como lema antiabortista. Pero los comentarios se reducen a la crítica de que estén o no desnudas. De si son objeto o sujeto. Quizá realmente la forma que han decidido es errónea y no sirve para hacer llegar el mensaje. Quizá la sociedad realmente no está preparada para ver más allá de dos pechos, o diferenciar un mensaje sociopolitico del sexo.
La defensa del “todo lo que quepa en su torso” pretende reflejar la lucha con su cuerpo como arma aprovechando que el cuerpo desnudo del ser humano se considera una provocación. La crítica, de nuevo, de si realmente eligen activistas bonitas y delgadas para ello, de si es que esto sirve al objetivo también, si promueven castings para elegirlas. Y el porqué de esas coronas de flores en la cabeza, como bloggers de moda.
Lamentablemente, todo esto hace que Femen y sus chicas no sean tomadas en serio, que el tema que centre las conversaciones no sea el pretendido en sus actos. Cómo explicar si no el que mujeres luchadoras de sus derechos y causas políticas antes de ellas no usaron esta estrategia, o porqué mujeres situadas ya en el poder no usan sus armas femeninas para conseguir metas.
Los nombres de las mujeres que normalmente luchan por sus derechos, por el aborto, por la igualdad, etc., se unen al colectivo, se suman a la lucha, no se individualizan, no necesitan sus tetas para teorizar, proponer, trabajar por unas metas, por sus hijos, por la igualdad, por su futuro.
VOLVER A LA PORTADA
Via: diarioprogresista.es
Short link: Copy - http://whoel.se/~8cz2U$4ie