La gijonesa Lara Alcázar, líder del movimiento feminista Femen en España, protagonizó el pasado miércoles la que quedará como la imagen política de la semana, al desnudar su torso en la tribuna de invitados del Congreso, en defensa de una regulación del aborto libre y gratuito, al grito de «aborto es sagrado».
-¿Por qué defienden sus ideas así?
-Hicimos lo que teníamos que hacer para que el debate sobre la Ley del Aborto resurja en la calle.
-Pero lo hicieron en sede parlamentaria, donde se supone que los temas se tratan parlamentando. Con su acción de enseñar el torso desnudo ¿no cree que la atención de la sociedad se centrará más en las formas que en el fondo?
-Nuestra actitud es un epígrafe más del debate. Es cierto que parte de lo que se ha publicado se ha centrado en el cómo de nuestra protesta, pero también impactó nuestro eslogan, al punto de que le supuso un conflicto al ministro Gallardón.
-«Aborto es sagrado», gritaban ustedes. Una frase que causa resquemores en determinadas conciencias.
-En particular, en la del ministro Gallardón y en su partido. Si para él, para ellos, la Iglesia es sagrada, para nosotras lo que es sagrada es nuestra libertad de decidir sobre nuestros cuerpos y lo que hacemos con ellos. Es intolerable la conexión entre las políticas del Estado y la moral de la Iglesia que está imponiendo el PP.
-¿En qué es evidente esa conexión a la que alude?
-Es muy evidente en las medidas que se están tomando en materia de Educación, o en el hecho de que en lo que toca al aborto, lo que están tratando de volver a imponer es la ley de 1985, del postfranquismo, que es, sobre todo, una ley cohercitiva y que criminaliza a la mujer que quiere adoptar sus propias decisiones sobre su propio cuerpo. El PP pretende que en todo prime lo tradicional en el peor sentido de la palabra, quiere gobernar con el crucifijo y la Biblia.
-¿Sufrieron algún tipo de violencia el pasado miércoles, al ser retiradas de la tribuna de invitados?
-Lo normal en estos casos. Los ujieres del Congreso se emplearon con bastante brusquedad y tenemos las típicas magulladuras y moratones. Pero estamos acostumbradas a que nos traten como terroristas.
-Volviendo al fondo de la protesta. ¿Cómo legislarían ustedes el aborto?
-En primer lugar, debería ser una opción personal sólo de la mujer, que es la que cargará con el embarazo, el parto, las molestias y las implicaciones sobre su vida sexual, reproductiva y laboral, y también la que sufre discriminación laboral cuando decide abortar.
-¿El padre no tendría ningún poder de decisión sobre el feto?
-Sobre si se aborta o no, no. Pero sí en otras cuestiones de la paternidad.
-Siga.
-En segundo lugar, la financiación del aborto ha de ser pública, porque pagamos la Seguridad Social y el aborto no es una cuestión de placer, sino de salud. Si no se garantiza, habrá abortos ilegales, de riesgo y mujeres muertas, como ha habido en este país durante demasiados años.
-¿Sería un aborto sin plazos?
-Bueno, en tercer lugar debería ser una ley que no criminalice a las mujeres. En la ley de 1985 se despenalizaba según supuestos, pero esos supuestos los marcaba el Gobierno de un determinado partido. Lo que queremos es un criterio médico objetivo.
-La objetividad es difícil cuando se implican cuestiones morales.
-Sí que es difícil, pero es como se tiene que hacer. Hay que determinar a partir de qué semana la célula (sic) es independiente para sobrevivir. Lo que no puede ser es regular como en la Constitución de El Salvador, que determina que es así desde el mismo momento de la concepción. Ya no estamos en la Edad Media.
-Resumiendo: aborto libre hasta que el feto sea viable fuera de la madre, decisión exclusiva de la madre y no del padre, financiado por la Seguridad Social para garantizar la salud de la gestante y sin criminalizar.
-Eso es. Aborto libre y que no se nos castigue por decidir sobre nuestro cuerpo, que es algo que nos ha costado siglos conseguir.
-El aborto no es la única materia sobre la que Femen quiere llamar la atención en España...
-Por supuesto. La situación en este país es muy preocupante en muchos sentidos. Haremos acciones para denunciar, por ejemplo, la altísima tasa de violaciones que siguen produciéndose en España, donde hay ocho a la hora.
-Eso son casi 200 violaciones al día.
-Exacto. ¡Al día! O la violencia machista, o el empobrecimiento al que las mujeres se están viendo abocadas con la crisis, mucho más grave que el que padecen los hombres. De hecho, muchas mujeres están llegando a ser excluidas de la sociedad. O la rebaja de las becas para estudiantes...
-Es cierto que hay menos becas, pero ¿tienen constatado que se pongan más dificultades a las mujeres que a los hombres para acceder a ellas?
-No es eso. Si un estudiante, hombre o mujer, vive en una familia monoparental, con su madre, esa mujer tendrá menos oportunidades de acceso al mundo laboral y, si lo logra, peores sueldos que un hombre. De ahí, que los hijos de mujeres solas tengan más difícil acceder a la universidad.
-¿En qué situación legal quedaron usted y sus dos compañeras de protesta tras pasar por la comisaría?
-Yo salí antes que ellas de la comisaría porque resido en España. Mis compañeras tuvieron que ir al juzgado de guardia y pasaron retenidas seis horas más que yo. Tuvieron que dar una dirección de residencia temporal en España, para no entrar en la dinámica de busca y captura, que no es el estilo de Femen.
-¿Y si las encarcelan o las multan?
-Tenemos un abogado en Francia que va a recurrir cualquier decisión en ese sentido, porque tenemos derecho a expresarnos libremente.
-En todo caso ¿pagarían de su bolsillo?
-Sí, tendría que ser así. A Femen nadie la financia, ninguna empresa ni ningún lobby.
Via: elcomercio.es
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