La Policía da prácticamente por concluida la investigación, que continúa bajo secreto de sumario, en torno al crimen que le costó al vida al farmacéutico jubilado Tomás Milia (72 años) en su casa del número cuatro de la calle Curros Enríquez hace 10 días.

La hipótesis que ha apuntalado a lo largo de toda esta semana es la de un homicidio por una discusión por dinero. El encarcelado por estos hechos, el rumano de 18 años Alexandru Marius Luca, fue contratado para un servicio sexual pero no se pusieron de acuerdo en torno a la cantidad que debería abonar la víctima. La policía judicial da prácticamente por descartada la participación de una segunda persona en el crimen y, por tanto, intereses espurios de personas a las que pudieran interesar la muerte del boticario.

Fuentes de la investigación reconocen que en un primer momento también contemplaron esa posibilidad a raíz de la información recabada por la Policía Local en la noche de los hechos, según la cual un taxista vio como el supuesto homicida habló con otra persona durante el tiempo que esquivó a las fuerzas de seguridad que le seguían la pista por un supuesto robo y un accidente de tráfico (aún no se había descubierto el cadáver). El taxista recogió en O Posío al joven para conducirlo a O Viso, lugar en el que se apeó del vehículo para hablar con una persona que estaba al lado de un bar. Todo ello, según su primera versión. No obstante, los investigadores interrogaron después al taxista, quien no pudo precisar si Alexandru Marius Luca hablaba con alguien o no, inclinándose por la segunda opción. La policía cree que acudió a O Viso a buscar las llaves de la casa del farmacéutico, que ocultó tras darle muerte. La intención, como demostraría más tarde con sus propios actos, era retornar al piso y prenderle fuego para destruir pruebas que pudieran incriminarlo y apoderarse del arma homicida (un cuchillo).

LAS LLAMADAS REALIZADAS

Por el momento, la policía está a la espera de recibir el registro de llamadas salientes y entrantes tanto desde el teléfono de la víctima como del utilizado por el supuesto autor, (no fue hallado), una prueba que aún no obraba en su poder a finales de la semana pasada

Y si bien a nivel policial la investigación está en su recta final, no así en el ámbito judicial, ya que falta la declaración del imputado ante el juez, dado que tras su detención no quiso testificar a expensas de que se levante el secreto de sumario. La versión de Marius Luca podría ser entonces bien distinta, según fuentes cercanas a él, ya que no está dispuesto a rubricar lo manifestado hace una semana en Comisaría. Entonces reconoció su participación en la muerte de Tomás Milia tras un disputa porque no quería abonarle el precio de sus servicios como prostituto. El joven posteriormente salió de su casa no sin antes apoderarse de seis valiosos relojes que la policía encontró en el maletero de su coche. De hecho, tras este hallazgo, se dio a la fuga precipitadamente y optó por regresar horas después y prender fuego en el salón del piso y rociar el cadáver, que introdujo en la bañera, con lejía.

Via: laregion.es

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