Lara Alcázar Miranda, la joven feminista gijonesa que pone cara y medio cuerpo al movimiento Femen, se explayaba ayer en un diario nacional y explicaba que eso de mostrar los pechos supone «llevar la contraria a lo que la sociedad patriarcal quiere». Señala esta estudiante de Bellas Artes que el feminismo «ha ido perdiendo la calle» y que el movimiento de protesta en «top-less» lo que quiere es, precisamente, recuperarla.
Muchos la sitúan en el lado más extremo del movimiento feminista, pero lo que dice Lara (LA NUEVA ESPAÑA la entrevistó el pasado 13 de mayo) no deja de ser algo con mucho sentido común. Lean, si no, este enunciado general: «El feminismo no es lo contrario del machismo, sino que reclama igualdad de derechos». O esta otra «hoja de ruta» cuando habla de las asignaturas pendientes: «El empoderamiento económico, la igualdad de sueldo, el fin de la violencia de género, el derecho libre a abortar».
Esta joven militante de 21 años, que se puso en acción tras el secuestro familiar padecido por la activista tunecina Amina, está convencida de que no se quedará sola en España enseñando los pechos en señal de protesta, ahí donde más duele reflexiona sobre «qué sabrá Gallardón de libertad y de maternidad». «¿Qué le dicen sus padres? ¿Que se tape?, ¿que no coja frío?», pregunta la periodista. «Están orgullosos. Mi madre dice que me cuide y que si me resfrío ella cuidará de mí».
Via: lne.es
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