Las militantes ucranianas del grupo FEMEN anunciaron una ofensiva contra las instalaciones de la Iglesia ortodoxa rusa para vengar la sentencia de dos años de cárcel dictada contra sus tres correligionarias del grupo punk ruso Pussy Riot.

La página web de FEMEN anuncia una gira con sierras eléctricas por Rusia para derribar las cruces de madera que encuentren en su camino. Claro está que como patrocinadora de la gira aparece un fabricante de motosierras.

El objetivo de la ofensiva es combatir el “oscurantismo religioso medieval que se inmiscuye descaradamente en la política de los Estados, sobre todo respecto a las mujeres y los disidentes”, dijo a RIA Novosti una portavoz del grupo ucraniano.

El pasado 17 de agosto, día cuando las tres Pussy Riot fueron condenadas a dos años de cárcel por su “rezo punk” en la Catedral de Cristo Salvador de Moscú, las FEMENas, como las llaman en Ucrania, organizaron una protesta “topless” en Kyiv en solidaridad con las Pussy Riot.

Con este objetivo las feministas derribaron con una sierra eléctrica la cruz de madera erigida en el centro de la capital ucraniana en memoria de las víctimas de las represiones estalinistas durante las décadas de 1920 y 1930.

La Policía de Ucrania inició una investigación a raíz del incidente, igual que lo hace tras casi todas las actuaciones de las aguerridas feministas, pero que en ningún momento supone un obstáculo para nuevas acciones de las FEMEN.

“Lo único a lo que tenemos miedo es lo peor, convertirnos en esclavas”, dijo una de las FEMEN, y precisó que a día de hoy ocho muchachas del grupo son “víctimas” de persecución judicial.

El movimiento ucraniano FEMEN nació hace cuatro años. Hoy lo integran 40 activistas. Las chicas cobraron fama mundial con su protestas “topless” contra el  machismo y la injusticia.

“Desnuda significa libre”, explicaron a RIA Novosti la razón de sus llamativas protestas.

FEMEN, cuyo eslogan es “Vine, me desnudé, vencí”, (parafraseando la célebre  locución latín “Veni, vidi, vici”) tiene sede en Kyiv y delegaciones en Francia, Suiza, Canadá, Brasil y otros países. Su presencia internacional, dicen las feministas ucranianas, les permite contar con el apoyo de esos Estados cuando actúan en países que restringen la libertad de expresión.

En la oficina central de FEMEN, concurrida principalmente por turistas, se puede adquirir souvenirs del grupo. La venta de vasos, camisetas y delantales con el símbolo de FEMEN (dos círculos separados por una línea vertical, en alusión a los pechos femeninos) permite financiar las acciones del movimiento en diversos rincones del mundo.

A diferencia de la Iglesia Ortodoxa Rusa, la ucraniana es más condescendiente  con las beligerantes feministas que, a su juicio, “no saben lo que hacen”.

Por su parte, a las activistas ucranianas poco les importan los heridos sentimientos de los creyentes.

“Es la Iglesia misma quien se pasa por alto los sentimientos de los ateístas y de las mujeres”, dicen.

Via: sp.ria.ru

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