Que tan ciertas serán expresiones como las siguientes: “al mundo lo conquistan los radicales, los fanáticos, los extremistas…; los timoratos y mediocres son felices viendo  las noticias en la pantalla plana o en Internet.” “Los espíritus valientes, las conciencias iluminadas toman las plazas, hacen suyos los espacios públicos; marchan, gritan sus consignas, escandalizan…”.

Colectivos feministas como el ucraniano Femen lo saben y lo ponen en práctica irrumpiendo en Notre Dame semi desnudas, gritan contra el patriarcado heterosexual y repitiendo el “preforman” en la plaza de San Pedro; entalladas en minifaldas y realizando desacralizaciones de iconos religiosos que “mentes retrogradas” calificarían de blasfemas…

La guerra de los sexos está más caliente que nunca, y en la batalla, la comunidad lésbico gay marcha, hombro con hombro, con las feministas radicales y amazónicas.

El otro bando, los hijos de la testosterona y enemigos de la vasectomía, respondían burdamente a la insurgencia feministas imitando a un Neanderthal en celo:  fieros y acorazados en la playera 10 del Barcelona, coreaban alcoholizados las misóginas canciones del Grupo Marrano. Triste espectáculo: sacrilegios versus “porno corridos”.

El machismo occidental (no así el oriental) estaba acéfalo de un ayatola capaz de ir más allá de los insultos musicalizados, uno que aceptara ser el profeta del varón domado. Hace dos años, desde su blog, “El retorno de los reyes”, el estadounidense, de origen armenio, Daryush Valizadeh, alias “Roosh V”, de 36 años, improvisó unas cuantas letras apologéticas sobre olvidada masculinidad.

Este científico, experto en microbiología, tiene una cuenta de Twitter donde lo prohija una legión masculina de 20 mil seguidores, quienes aprenden de sus textos claves de “Cómo evitar una acusación de violación falsa”.

El  credo  “Roosh V” es de un subido tono supra-varonil (tan radical e irritante como el de las Femens) que sostiene que las mujeres no deberían votar dada su  inferioridad intelectual (el rey saudita Salmán le da la razón) y que la violación tendría que ser despenalizada para que las féminas evitarán exponerse emborrachándose y saliendo con extraños.

Valizadeh convocó a una concentración el sábado 6 de febrero, en más 160 ciudades de 43 países que, a mi entender, intenta mal imitar los estrambóticos y delirantes mítines y marchas feministas y del orgullo gay.

Ante las amenazas de agrupaciones a favor de la igualdad de género y las intimidaciones de las autoridades, que no dudaron en calificar a los muchachos de “Roosh V” de fascistas culturales, su líder les pidió replegarse ante la falta de garantías y libertad para poder expresar públicamente su orgullo hetero-patriarcal. 

Todos los extremismos son malos y terminan tocándose, chocando, colisionando y despellejándose. Darysh es un fenómeno de las redes sociales, líder de opinión cuyas ideas hacen eco en miles de hombres occidentales, educados en el modelo escolar racionalista y laicista que aprendieron por su cuenta, igual que sus némesis feministas, a responder gritos con gritos, ofensas con ofensas.

Triste escenario monta la postmodernidad para la tan alardeada  libertad,  que le da voz a todos, y que al final, terminó expidiéndole patentes de corso a la intolerancia, a la histeria y a la demencia machista (el Retorno de los reyes) y feminista (Femen). En una guerra de sexos, la humanidad y el cariño terminan perdiendo.

gr

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Via: cronicajalisco.com

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