CARMEN FERRERAS
Son ganas de dar la nota. Son ganas de hacer el Inri. Me refiero a las distintas actuaciones de las activistas de Femen. Se presentaron oficialmente en el Congreso de los Diputados mostrando, como es habitual en ellas, sus atributos femeninos. Y lo han vuelto a hacer la noche del pasado domingo, asaltando al cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela cuando se disponía a entrar en una parroquia de la capital de España. Las cinco activistas, que han sido noticia de tercera, increparon al arzobispo al grito de «aborto es sagrado» y «Toño fuera de mi coño». Les queda el asalto directo al ministro de Justicia Alberto Ruiz Gallardón que se ha convertido en su siguiente objetivo.
No sé a qué esperan las de Femen para actuar responsablemente, es decir como hacen en Madrid o en París, contra la ablación del clítoris pero en los países musulmanes donde se practica la mutilación genital femenina, porque eso sí que es una auténtica salvajada. Pero, ¡ay amigo!, hay que tener dos ovarios muy bien puestos para hacer en Túnez o en Egipto o en Nigeria, lo que tan asiduamente hacen aquí en España. En esos países donde la sharía no perdona, su intérprete, el «muftí», ya las habría mandado lapidar.
Hay que tenerlos muy bien puestos, me refiero a los ovarios, para colocarse delante o en el interior de una mezquita de las muchas que proliferan en suelo español y gritarle al clérigo musulmán de turno y en relación con la mutilación genital, lo que tan «valientemente» gritaron a Rouco. Mire por donde, no haría falta desplazarse a Túnez, Egipto o Nigeria. Aquí, en la España plural y democrática donde salvar un huevo de golondrina es una heroicidad pero manifestarse contrario al aborto es una crueldad manifiesta, existe un Mapa de la Mutilación Genital Femenina que recoge los últimos datos por comunidades de los casos de ablación de clítoris, entre los que destaca la Cataluña de Mas que concentra el 37 por ciento de las niñas en riesgo de sufrir mutilación genital.
Sin embargo, no he visto a las de Femen protestando, como tampoco he visto a Rubalcaba, a la señora Valenciano, a Soraya Rodríguez, a Susana Díaz y al mismísimo Cayo Lara diciendo esta boca es mía. ¡Ah, claro! Es que lo de la mutilación genital afecta a niñas musulmanas y la familia a lo mejor ni vota en las elecciones españolas. No interesa entonces complicarse la vida. Por supuesto, las de Femen no van a intervenir en una «tradición» consolidada de países del orbe islámico, por salvaje, sucia, alienante y depravada que sea. Así actúan todas estas valientes. Las de boquilla y las de hecho consumado. Es decir las que ejercitan la demagogia en política y las que se desnudan para, en nombre de la libertad de expresión, hacer y decir lo que hacen y dicen las de Femen. Pero es que ¿esta gente tan bizarra va a seguir consintiendo lo que se está haciendo en tantos pueblos y ciudades de España? Hay más de 17.000 niñas en riesgo en nuestro país. Yo creo que merece la pena luchar por evitarlo. No hay necesidad de desnudarse ni por arriba ni por abajo. Hay que tener tan solo el corazón y la cabeza en su sitio. Basta recordar que ablación no es cultura, es mutilación. Pero claro, este movimiento teledirigido no lucha en verdad por los derechos de la mujer. Lo hace en función de su promoción y de intereses espurios relacionados con una determinada ideología.
Via: laopiniondezamora.es
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