Las chicas topless de FEMEN han estado muy activas últimamente. Protestaron por la sentencia de las PussyRiot tirando una cruz que había sido levantada en memoria de las represiones que Ucrania vivió durante la época estalinista.

Pidieron la “libertad” de Amina Tyler, mandando al carajo “los moralismos y el islam”.

Celebraron en la Catedral de Notre-Dame la renuncia del Papa Benedicto XVI.

Y se desnudaron frente a Putin.

En estos días se ven muchas tetas al aire, pero ¿para qué? En serio ¿sirven las acciones topless para denunciar el machismo, la homofobia, la prostitución y la misoginia? ¿Estas protestas de tetas y consignas -sin argumentos- logran poner los temas espinosos en la agenda pública?  Se gana visibilidad, es cierto. Prueba de ello son las muchísimas galerías de fotos sobre las protestas. Pero fuera de las imágenes de calendario revolucionario sólo leo algún que otro embelesado opinador con la “jihad feminista”.  ¿Sirve esa visibilidad? Si, sí ¿cómo capitalizarla?

En entrevista para ElTiempo.com, Alexandra Shevchenko, una de las fundadoras de FEMEN, declaró: “al principio, el grupo no protestaba desnudo, hasta que todas acordaron hacer algo más radical. Había un feminismo clásico y europeo que fue necesario hace 50 años, pero ya no es atractivo para los jóvenes y ya no funciona”.  Y como ya bien nos ha instruido Tunick, el nudismo es cool (nada clásico ni europeo…).

Shevchenko afirma que con sus acciones, sacan “a la luz muchos temas que la gente conoce, pero nunca discute. Si alguien está hablando de mis tetas y al mismo tiempo alguien mencionó, por ejemplo, los derechos de las mujeres musulmanas, eso ya es un éxito para mí”.  Pero, no estoy segura de que sus protestas tenga ese efecto. Tras lo de Amina, la joven tunecina que mostraba sus pechos, leí muchas críticas muy furibundas y poco informadas en contra del islam. ¿Eso es lo que buscaba FEMEN?

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Via: animalpolitico.com

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