Esperaba con gran impaciencia el estreno fuera de competición en la Mostra de Venecia del documental realizado por la realizadora australiana Kitty Green sobre Femen, titulado “Ucrania no es un burdel” (Ukraine is not a brothel).
Esta realizadora es una joven que, dicho sea de paso, tiene un perfil físico muy acorde al de las principales activistas de Femen. El documental presentado es el fruto de varios meses de trabajo durante los cuales la australiana permaneció empotrada a Femen y participando activamente en sus protestas. Además, Kitty Green sufrió en carnes propias la presión de la KGB en Bielorrusia y el riesgo real que existe en las protestas, al que terminó por acostumbrarse.
Yo misma tenía la intuición de que algo impactante iba a salir de ese documental y así ha sido. Desde hace unas horas, los medios de comunicación se están haciendo eco de la supuesta “mano que mece la cuna” de Femen, que no es otro que un tal Victor Svyatski. ¿Un hombre? Esto parece una gran sorpresa, pero ¿quién es Victor Svyatski?
En primer lugar, decir que no es nadie totalmente nuevo y desconocido. Victor Svyatski no aparece de la nada y ya se sabía que apoyaba a Femen desde hace algún tiempo. El mismo llegó a decir a la periodista Yuliya Popova que Ucrania era un país donde “una mujer nace para ser un objeto sexual” y, la que creíamos hasta la fecha que era la fundadora de Femen, la economista Anna Hustol, reconocía que eran amigos. Sin ir más lejos, el pasado mes de Julio y durante la visita de Putin, Viktor Svyatski sufrió agresiones que le desfiguraron la cara y su imagen que fue difundida por las propias plataformas de Femen (y por diversos medios de comunicación).
No obstante, lo que no estaba del todo claro es que éste fuese el auténtico fundador de Femen, como apunta el documental.
El hecho de que sea un hombre quien dirija la estrategia de Femen y orqueste el movimiento es ya, de por sí, un nuevo generador de opinión pública, porque cuestionaría el feminismo subyacente, la credibilidad del movimiento y vendría a dar la razón a sus (no pocos) detractores.
Además, parece ser que en un punto del documental, el propio Svyatski reconoce que quizás, en el fondo de su subconsciente, sí habría iniciado el movimiento Femen para “conocer mujeres” y que su estrategia consistía en seleccionar a las más atractivas físicamente para ganar mayor atención mediática. Vamos, que ya lo comparan por ahí con Charly, el de Los Ángeles. Asimismo podríamos decir que actuó un poco en la línea de Mark Zuckerberg, quien habría creado la popular red social Facebook con similares intenciones (y es evidente que los usos han trascendido la intención inicial de su creador).
Pese a todo, hay algo que escama: el documental cuenta con el beneplácito absoluto de las activistas y fundadoras de Femen.
La propia Kitty Green, autora del mismo, reconoce la gran decepción que le causó enterarse de que había un hombre detrás dirigiendo el “cotarro”- permítaseme la expresión- y que tuvo dudas sobre si continuar o no realizando su trabajo.
Para más inri, se presenta a este Victor como el tutor de unas chicas indisciplinadas, impuntuales y blandas, que necesitan de una figura masculina que las guíe en eso de la disciplina y del que dependen en todo momento.
Hace meses se barajaban hipótesis todavía más retorcidas sobre Femen, que iban desde la financiación por parte de la CIA, hasta vínculos con empresarios europeos.
Un nombre muy barajado era el del magnate de los medios ucranianos Jed Sunden, de origen norteamericano y judío, y se llegó a relacionar a Femen con intereses sionistas, ya que sus protestas llegaron a la Primavera Árabe, al Vaticano y a la religión ortodoxa, pero no se tenía constancia en absoluto de ninguna acción de protesta contra el judaísmo.
Ahora nos venden otra versión “desde casa”: ¿será una estrategia?
Via: mundiario.com
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