El exdirector del Fondo Monetario Internacional (FMI) Dominique Strauss-Kahn mantuvo hoy su línea de defensa en el juicio en su contra por proxenetismo que se sigue en Lille (norte de Francia), al afirmar que ignoraba la condición de prostitutas de las mujeres que participaban en sus orgías.
Strauss-Kahn declaró en el juicio abierto el pasado día 2, en el que él y otras 13 personas se sientan en el banquillo de los acusados por haber organizado orgías con prostitutas destinadas a agasajar al hombre que dirigía el FMI y que las encuestas situaban hasta mayo de 2011 como favorito para conseguir la presidencia francesa en las elecciones de 2012.
Mientras Strauss-Kahn, en un tono calmado y relajado, rechazaba las acusaciones, se sucedieron los testimonios de algunas de las prostitutas que participaron en las orgías, constituidas en acusación particular y que afirman que el político no podía ignorar su condición de profesionales.
Esa es la base de la acusación, lo que sustenta que los jueces instructores decidieran sentarle en el banquillo en contra del criterio de la Fiscalía y que le acusaran de un delito por el que puede ser condenado hasta a diez años de prisión y 1,5 millones de euros de multa.
La sesión del juicio, que acapara la atención mediática en Francia, comenzó de forma accidentada esta mañana, cuando tres activistas del colectivo Femen recibieron al coche de Strauss-Kahn a la entrada al tribunal con los senos al aire y gritos de condena contra el exdirector gerente del FMI.
Ante las preguntas del juez, Strauss-Kahn admitió haber participado en las orgías y afirmó que son menos de las que dicen los instructores -"unas cuatro al año durante tres años, no la actividad frenética que se desprende de la acusación"- pero negó rotundamente saber que las mujeres estuvieran pagadas.
"No sabía que las invitadas eran prostitutas (...) No me considero en absoluto organizador de esas fiestas, siempre me consideré un invitado", aseguró.
El político afirmó "no sentir placer, sino incluso horror" en las relaciones con prostitutas y consideró las orgías a las que asistió "fiestas libertinas", a las que dio una definición precisa: "Hombres, mujeres, parejas que se reúnen por el placer del sexo y no para tener relaciones afectivas".
El exdirector del FMI reconoció que era un hombre importante en aquel momento -"salvamos al planeta de una de las crisis financieras más graves", dijo ante las preguntas del juez- y que aquellas fiestas eran "momentos de recreo en una vida trepidante".
Pero indicó que sus amigos Fabrice Paszkowski y David Roquet, organizadores de las orgías, le ocultaron que las mujeres que acudían eran prostitutas porque, en otro caso, no habría participado.
Agregó que las mujeres nunca se negaron a practicar sexo con él y que nunca sospechó que estaban pagadas: "Tampoco me pareció que vinieran por mí, pensaba que venían a un momento festivo con amigos".
El testimonio de Strauss-Kahn, cuya carrera política acabó cuando en mayo de 2011 fue arrestado por la policía de Nueva York después de que una empleada del hotel Sofitel de esa ciudad le acusara de violación, contrastó con el de dos de las prostitutas llamadas a declarar por la acusación particular.
Una de ellas relató que lloró varias veces de dolor durante las prácticas sexuales, mientras Strauss-Kahn mantenía la misma sonrisa.
Pero negó haber hablado de dinero con el político, aunque sostuvo que era imposible que desconociera su condición de prostituta.
Los abogados de la acusación particular consideraron que los diferentes testimonios prueban que "no había consentimiento recíproco ni placer compartido" en las relaciones sexuales, lo que descarta que se tratara de "un ambiente clásico de libertinaje" como evoca la defensa de Strauss-Kahn.
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