Libertad para Amina, y condena absoluta para las religiones que imponen su moralidad estú.pida a sangre y fuego. Separación absoluta entre lo público y la religión.
Aquí en Occidente nos pudimos librar, tras siglos de oscuridad, de esas imposiciones religiosas, pero no debemos olvidar, en cuanto nos descuidemos vuelven a las mismas.
El proceso contra Amina es un atentado contra los Derechos humanos.
Via: publico.es
Short link: Copy - http://whoel.se/~5ndjJ$2sd