Yaotzin Botello

Agencia Reforma

La inauguración de Barbie Dreamhouse Experience, la exposición temporal en Berlín sobre la muñeca Barbie, fue empañada por protestas de varios grupos que se reunieron este jueves para quejarse contra la “rosificación” de las niñas.

Una activista del grupo de Femen se desnudó el torso e incendió una cruz para protestar contra la imagen de la mujer que estaría representando la Barbie.

“La vida en plástico no es fantástica”, gritó frente a la construcción temporal de una casa rosa en tamaño real en el centro de Berlín. La cruz que incendió tenía a una muñeca Barbie en lugar de un Jesucristo, y la mujer fue desalojada inmediatamente.

Después, otro manifestante se apoderó del crucifijo y corrió a una fuente del jardín frontal de la casa para lanzarlo ahí; él también fue neutralizado por las fuerzas de seguridad de esta muestra temporal.

Paralelo a estos eventos había una marcha de un grupo de 300 personas que se autonombró “Occupy Barbie Dreamhouse”, en referencia al movimiento que ocupó el Wall Street durante las protestas de Estados Unidos.

“Protestamos por los clichés del rol de las mujeres, por la discriminación de las mujeres, y estamos a favor de una lucha contra el sexismo”, dijeron los organizadores.

De acuerdo con los críticos, la muñeca representa en estos días un juguete sexista, por la imagen que ésta impone de la mujer. “La Barbie transmite los ideales de querer ser más guapa, más sexy, más joven, y la acumulación de éstos influye en el deseo. Y las niñas después dicen que quieren ser modelos guapas y famosas”, señaló a la Agencia Reforma Blanca Fernández, una miembro de Pinkstinks, el rosa apesta, un grupo de protesta contra la “rosificación” de las niñas.

Pinkstinks y los otros manifestantes quieren evitar también que a las niñas se les determine su sexo con un color desde pequeñas.

La lucha contra la imagen perfecta de Barbie ha ido incluso a las mesas de estudio en las que se ha analizado que si una persona de carne y hueso tuviera las medidas de la muñeca, ésta sólo se podría mover con ayudas especiales por las desproporciones corporales.

Un estudio de la Universidad Bielefeld que fue encargado por la Organización Mundial de la Salud en 2012 mostró que en Alemania una de cada dos adolescentes de 15 años se siente gorda, 16 por ciento de las niñas de 11 años ya ha hecho una dieta y una de cada cuatro de entre 11 y 17 años de edad se haría una cirugía plástica.

“No todo es responsabilidad de la muñeca, pero son deseos que a uno se le van incubando desde niñas”, agregó Fernández luego de la protesta.

Via: criteriohidalgo.com

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